29 de diciembre de 2010

De los viajes en micro

No se si alguna vez dije que suelo viajar mucho. En este año hice más de 10800km. en micro - si mis cálculos son correctos - y si bien, la mayoría de los viajes los paso durmiendo por la noche, muchas veces suelen sucederme cosas: pre, durante o post viaje. Creo que pueden suceder cosas peores, pero lo último que me hicieron fue como regalarle un caramelo a un niño y con toda la bronca arrebatárselo a los segundos.

Siempre viajo en un servicio semi cama. No me molesta, me la paso durmiendo y no me doy cuenta; además son sólo un puñado de horas cada tanto. En cuanto llegó el micro me avisan que el colectivo en el que yo viajaba se había roto y que les habían mandado un servicio cama. Obvio, salté en una pata: iba a viajar en una butaca sola, más ancha, más cómoda, con frazadita y almohada.

Me subí, me senté, saludé a los viejos y empecé a mirar a los costados. El ambiente era demasiado ruidoso... El micro estaba tan lleno de niños, que podía llenarse una división de un jardín maternal. Dos mellizos que gritaban, un boludo grandulón que corría por el pasillo, y un bebé de 1 año y un poquito más junto con su madre, muy cómodos los dos sentados detrás mío... ¡DE-TRAS-MÍO!

Los gritos de todos pude aplacarlos como hago siempre: Auriculares y volumen máximo de mi mp3. pero las patadas del niño de atrás eran inevitables. Recline el asiento para ponerme un poco más 'cómoda'... ¡Lindo! ¡El puto asiento del micro estaba roto y volvía a su posición original! ¡lareclacadaconchadelalora!

Obvio que terminé cambiándome de asiento, comiendo milanesas con puré - ¡PU-RÉ! - y me dormí la vida, como corresponde. Y... No, nunca viajé en avión.


  • No me digan que Dave Grohl no es un genio.
  • No me digan que no quieren que venga Foo Fighters al país.
  • No me digan que viajar en avión no es una garcha.

3 comentarios:

Grita, putea, llorá, reite, critica, decí lo que vos quieras.